Coaching ¿Qué Hacer Para Mejorar El Clima Laboral?
Las empresas más despiertas saben que la entrega y profesionalidad de sus trabajadores no se cuida y recompensa solo con cosas materiales. Los colaboradores también quieren cosas intangibles y una de las más importantes es un lugar donde haya un buen clima de trabajo, lo cual es posible gracias al coaching.
Cada empresa es única y tiene sus propias características que, de ser mal gestionadas, acaban generando un clima tóxico que deteriora el compromiso, la eficiencia, la cooperación y el talento. Así es que cada solución debe ser hecha a la medida pero como regla general hay que entender que todo aquello que produzca una sensación de injusticia, confusión, de arbitrariedad, de improvisación, de des-humanización y, de beneficio de unos en detrimento de otros, va a promover el deterioro del clima laboral ya que conduce al egoísmo, la incomodidad, el desanimo y la desafección a la empresa y a los compañeros. En cambio, todo lo que produzca transparencia, sensación de justicia, un trato humano, organización, claridad y crecimiento colectivo, lo va a mejorar.
Veamos a fondo algunas áreas que se trabajan con el coaching por su relación directa con el clima laboral y, lo más importante, veamos en qué línea de acción se debe trabajar para mejorarlas:
Grado de Transparencia en la Toma de Decisiones y Formas de Comunicación. Las empresas no pueden complacer a todos sus trabajadores en sus intereses particulares, eso está claro, pero en muchas de ellas si hay margen para mejorar la comunicación, la transparencia sobre los procesos de toma decisiones y los elementos que les hace llegar a una conclusión u a otra. En muchos casos no es necesario que dichos procesos estén escritos, pero si por lo menos que se compartan y expliciten. Apostar por la transparencia y la comunicación bidireccional clara y directa, beneficia al clima laboral y reduce la opacidad, las teorías conspiratorias y los malos rollos entre colegas.
Conflictos y Formas de Solucionarlos. En todas las empresas hay conflictos porque en todas hay personas con visiones e intereses diferentes. Pero el problema no es el conflicto, sino las formas inadecuadas que se pueden estar utilizando para solucionarlos y que van desde actuar como si no los hubiera; dar prioridad a una persona (o departamento) por la cual el responsable tiene predilección; pedir a los implicados que lo solucionen fuera del trabajo; hasta no querer ahondar en las raíces reales del problema. Cuando algo de esto sucede, lo que falta es una visión sistémica que permita una actitud abierta, valiente, objetiva y creativa a la hora de buscar soluciones justas que den pie a aprendizajes colectivos. Esto se puede aprender en formaciones y procesos de coaching.
Normas de Trabajo y Estándares de Calidad Claros. Una de las cosas que genera malestar colectivo es la inconsistencia en las normas de trabajo y en los estándares de calidad. Cuando en un momento se acepta una conducta o un nivel de calidad en el trabajo y al siguiente momento la misma conducta o calidad ya no es aceptada, las personas se desconciertan y acaban siguiendo criterios diferentes que crean caos y desorganización. Las empresas afectadas por estas situaciones deben hacer una revisión integral que les permita conocer su realidad actual para poder, a partir de ahí, determinar la realidad deseada y definir con las personas implicadas, los nuevos criterios, estándares de calidad, procedimientos y normas de trabajo que mejoren resultados y clima laboral.
Elementos de recompensa y de penalización. Cuando se percibe injusticia en estos ámbitos se generan un clima laboral donde pueden crecer el rencor, los celos, las conversaciones en secreto y el inconsciente deseo de realizar acciones ocultas y compensatorias que solucionen la injusticia. A partir de ahí las personas en ocasiones ya no quieren cooperar con ciertos compañeros, ya no quieren dar lo mejor de sí, ni se sienten tratados con justicia por la “familia” laboral. Estas situaciones se pueden reducir por medio de sistemas de evaluación basados en elementos y hechos objetivos que sean de conocimiento público para que haya transparencia.
Carga de Trabajo Asignada. Desafortunadamente la carga de trabajo ha aumentado significativamente con la crisis. Menos personal trabajando está sujeto a realizar más funciones, lo cual genera mayor presión para lograr objetivos, avanzar proyectos, cumplir fechas límites, etc. Cuando esta sobrecarga es continua acaba generando un estrés colectivo que sienta las bases para que se produzcan: errores, nervios, competencia entre compañeros, actitud de “sálvese quien pueda”, bajo rendimiento, asociación del trabajo con algo desagradable y agobiante que se ha de hacer pero que no se disfruta en absoluto -lo cual conduce en el peor de los casos al síndrome del burn out (estar “quemado”).
Valores Promovidos por la Empresa. En ocasiones las empresas no tienen bien identificados en un código de conducta interno los valores que quiere promover, pero aun así promueven su presencia (o ausencia) por medio acciones que permiten en el día a día. No es de extrañar que empresas que no definen sus valores y que parecen solo enfocarse en los beneficios económicos, acaben generando un clima del trabajo destructivo, donde los fines justifican los medios. Lo que ayuda a corregir situaciones así es el consensuar, redactar, explicitar y recordar los valores que la empresa espera de todos sus colaboradores, ser firmes en su defensa y, por supuesto, ¡dar ejemplo!
Elementos Relacionados al Liderazgo. Muchos de los aspectos arriba mencionados (si es que no todos) se vinculan al tipo de liderazgo que los responsables ejercen. Ya sea que estemos hablando de una pequeña empresa donde el liderazgo esté focalizado en una sola persona, o de una multinacional que tenga a muchas personas ejerciendo de responsables sin saber ser buenos líderes, el resultado es el mismo: un mal estilo de liderazgo amarga el clima laboral de quienes lo sufren. La gente no siempre va a renunciar a un mal trabajo si el jefe sabe ser buen líder y demuestra ganas de mejorar las cosas. En cambio, las personas siempre van a querer renunciar cuando se topen con un jefe que no sepa liderar y que cause dolores de cabeza, aunque en su conjunto la empresa intente cuidar el clima laboral. En estos casos las empresas deben formar a los responsables con el coaching laboral, para que puedan ser más conscientes de sus acciones, de su comunicación y del impacto que genera.
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